“El arte obliga al hombre a poner en juego sus reservas espirituales, a enriquecerla. Podemos hablar estéticamente de curación espiritual. El arte transforma el orden aparente del mundo exterior, provoca la necesidad de una más profunda comprensión de uno mismo, nos obliga poner en juego una zona íntima de nuestra conciencia cuya revelación es ejercicio de la sensibilidad”
Jorge Oteiza.